Ahora está muy de moda este término: «gente tóxica». Se define así a esa gente que te rodea (pueden ser conocidos, familiares, amigos) que te chupan la energía porque siempre andan quejándose, o son muy negativos… y al final, después de quedar con ellos te sientes… pues eso, sin ánimos, y mal. «Gente tóxica» es esa que nunca te pregunta cómo estás y solo habla de ella, de sus problemas, de sus vidas. Reconocerás a alguien «tóxico» porque, por ejemplo, cuando has estado hablando por teléfono con ellos un rato, al colgar, no te sientes mejor por haber compartido palabras con alguien cercano, te sientes peor.
Bueno, escribo esto porque yo tengo a una amiga (¡ninguna de las Princess!, no penséis… Es una compañera de clase) con la que me está pasando esto… ¡Y no sé qué hacer! Siempre te aconsejan que te apartes de la «gente tóxica» pero no es tan fácil, ¿verdad? Porque todo no es blanco o negro. Mi compañera de clase no es una mala persona, de hecho tiene muchas cosas buenas, lo que pasa es que parece que siempre todo le salga mal, como si le gustara ir de víctima… y nunca me escucha, porque lo que le pasa a ella siempre parece ser peor. ¿Os suena?
Y ahí ando… decidiendo cómo resolver esto y desprenderme de… lo tóxico.