Nunca es tarde para celebrar el San Valentín.
Esta entrada va dedicada a todos esos príncipes despistados, torpes, desmemoriados o poco románticos que el pasado día 14 no tuvieron ningún detalle con su chica. Es cierto que somos todas muy modernas y que lo bonito es que te amen cada día, pero también es cierto, que cuando decimos:
No hace falta que me regales nada…
En realidad estamos diciendo:
Si no me regalas algo te mato.
También te digo a ti, querida princesa: Sal de casa ahora mismo y cómprale un ramo de flores a tu madre. Sí, a tu madre. Que si hace algunos años no se hubiera enamorado de tu padre, tú no existirías.
El San Valentín es una fiesta más, una fiesta comercial y todo lo que quieras, pero acordarse del amor, tener un detalle con alguien a quien quieres, nunca viene mal.
¿San Valentín ha muerto? ¡Nooooo! Está más vivo que nunca. Si no has podido disfrutar de tu pareja este 14 de febrero porque está lejos o porque no tienes, no te pongas triste porque lo bonito del amor es que viene y va. Si lo tuviéramos siempre, el pobre San Valentín estaría más aburrido que una seta disparando flechas al cielo.
Pues eso, ¡feliz POST-SANT VALENTíN a todas!